Ante tantísima decadencia social, reformas laborales, manifestaciones... vemos por los medios de comunicación que siempre nos intentan mostrar un hueco de la realidad que oculte la más peligrosa. Ya nos ha pasado con el tema de los guiñoles de Francia que nos dejo absolutamente ciegos y nos hacían creer que hablando de ello (y olvidando lo que realmente era de importancia) seríamos buenos ciudadanos. Ante esta contextualización os quiero mostrar la última película de Álex de la Iglesia que expone a los medios de comunicación como seres cabezones que nos intentan mostrar constantemente los temas más escabroso, digeribles, fáciles de recibir y que lentamente nos está menguando nuestros cerebros.
CRÍTICA
Feldman (guión) ofrece una crítica a la desesperante actitud de los medios de comunicación que se empeñan por mostrar los temas más grotescos. Un inicio bastante sencillo que relata la situación laboral actual subiendo peldaños hasta alcanzar una atmósfera oscura y sin salida. En cuanto a las localizaciones, sobresaliente. Pero lo uno por lo otro, escenas que sobran. Lo más triste es que esa oscura elaboración concluye en una enfermiza película consumida por el morbo.
El reparto no se sale de lo habitual en una película firmada por Alex de la Iglesia. Personajes famosos que le den notoriedad al título. Aun con todo ello, todo los personajes tienen un factor que da brillo. La interpretación de Salma Hayek es deslumbrante, aunque comienza con un papel sencillo que no da mucho juego consigue dejar el listón muy alto. Resulta extraño ver esa evolución durante el transcurso. José Mota nos impresiona con una fantástica interpretación, aunque irregular, en su primer enfrentamiento ante un papel dramático. De cualquier modo, Mota asciende en su carrera profesional.
Pedro García (Sin Pantalla)
No hay comentarios:
Publicar un comentario